La creación

En el principio de los tiempos, antes de que el mundo fuese
creado había tres dioses. Estos tres dioses aunque hermanos eran completamente
distintos, Ard, el mayor de los tres, representaba la sabiduría, la luz y el
honor. Grag, el más joven de los tres, era todo lo contrario a su hermano
mayor, simbolizaba la oscuridad, el caos y el dolor. Por último estaba Balgor,
que simbolizaba la belleza, el arte y los sueños.





Ard y Grag al ser opuestos siempre estaban sumidos en
disputas mientras que su hermano prefería permanecer ajeno a sus conflictos.





Un día Balgor soñó con el mundo, un mundo lleno de vida, un
mundo lleno de belleza y tal fue el impacto que tuvo este sueño sobre le dios
que éste se dispuso a hacerlo realidad.


Como si de un retrato se tratase Balgor comenzó a crear el
mundo tal y como lo había visto en sus sueños, cuando por fin después de varios
días terminó se dio cuenta de que estaba vacío, fue entonces cuando en otro
sueño se le aparecieron los animales, las plantas y por último el hombre.


Al finalizar su obra Balgor se sentó a maravillar toda la
belleza que contenía aquel pequeño mundo. El dios se pasaba los días contemplando el más insignificante detalle
del mundo, desde el movimiento de las hojas de los árboles al ser éstas movidas
por el viento hasta el caminar de los animales, aunque en realidad lo que más
maravillaba a Balgor era el hombre, la más perfecta de sus creaciones.





Grag se preguntaba que era lo que tenía el mundo que fuese
tan maravilloso a los ojos de su hermano. Observando el mundo con detenimiento
sintió una sensación en su interior, era un mundo en paz, donde todo era bello
y todo el mundo vivía en armonía, todo esto le molestaba profundamente, así que
esperó a que su hermano estuviese dormido y se acercó al mundo. Decidió verlo
más de cerca, así que tomó la forma de un cuervo y sobrevoló los inmensos
bosques y las altas montañas.


Se paró a descansar en un prado donde se encontraba un
pastor cuidando de sus ovejas, Grag se acercó al pastor y le enseñó al pastor
sus poderes, también le dijo que todo su poder podría ser suyo si él lo
deseaba. El pastor maravillado por la proposición aceptó sin dudarlo.


Entonces el dios le concedió al hombre una pequeña parte de
sus poderes además de unas alas que le permitirían volar, unas alas que
representarían al dios, unas alas idénticas a las de los cuervos.





El que antes había sido un inocente pastorcillo tardó poco
en darse cuenta de lo que podía hacer con sus poderes y todo lo que podía
conseguir con ellos. Todo pasó exactamente como Grag esperaba, a los pocos días
el hombre sólo pensaba en usar los poderes en su propio beneficio y comenzó a
corromper a otros.





Cuando Balgor volvió al día siguiente a contemplar su
creación vió horrorizado lo que su hermano había hecho y se echó a llorar, sus
lágrimas formaron la mayor tormenta vista en el mundo.


Alertado por el llanto de su hermano Ard se acercó a ver que
había ocurrido, vio el mundo y la devastación que habían causado los seguidores
de Grag y comprendió todo.


Bajo la forma de un halcón blanco se acercó a la tierra y
tras volar durante tres días y tres noches descubrió a un hombre escondido en
una cueva.


El hombre se había escondido para que no lo matasen, a
diferencia de los otros hombres él no era valiente y lloraba desconsolado por
no poder hacer nada.


Ard le concedió valor y poder para combatir a las creaciones
de su hermano, además de unas alas blancas que le permitirían volar como a sus
enemigos.



Los días pasaron y cada ejército fue creciendo en número hasta que se
encontraron en el campo de batalla, fue entonces cuando comenzó una batalla, en
la cual llegaron a tomar partido incluso Ard y su hermano Grag.


Pasó una semana y la batalla parecía no tener fin ya que
ambos ejércitos estaban igualados.





Balgor no podía dejar de llorar al ver como su gran creación
se desmoronaba al ser usada por sus hermanos para arreglar sus disputas como si
de un tablero de ajedrez se tratase. Entonces decidió irse a un lugar lejano
donde nadie pudiese encontrarlo nunca más y olvidar lo ocurrido.





Ard y Grag al no encontrar a su hermano al día siguiente se
sintieron culpables por lo ocurrido y mandaron a sus ejércitos retirarse, el
ejército de Ard se estableció en los más altos montes del mundo, desde los
cuales se pueden llegar a tocar las nubes, mientras que sus enemigos se
ocultaron en la red de túneles que se encontraba bajo tierra, quedando así en
medio de ambos los humanos.





Pasó el tiempo y la historia se convirtió en leyenda, la
leyenda en mito y el mito terminó por ser olvidado.





Ambos ejércitos aguardan ocultos a volver a ser llamados de
nuevo por los dioses para llevar a cabo la batalla final...