Ludipe Moderador
Cantidad de envíos : 42 Edad : 32 Localización : Albacete ¿Aporto en el foro? : Fecha de inscripción : 10/02/2009
| Tema: Custodis In Vesper Mar Feb 10, 2009 4:44 pm | |
| El otro día me dijeron que me uniese a un proyecto para hacer un juego como guionista y esto es lo que escribí, tenía que ser de vampiros, pero a mi me pareció bien darle un vuelco al asunto y en vez de poner a los típicos vampiros poner a unos que se encarguen de mantener el orden y la seguridad, el título, Custodis in Vesper, significa Guardianes de la Noche en latín(traducido en internet). Tengo alguna parte más escrita,luego si eso la posteo. Custodis In Vesper - Spoiler:
Hacía ya horas que la noche había caído sobre la pequeña aldea de Alazet, en lo alto de un tejado la luz de la luna iluminaba dos figuras ataviadas con ropajes oscuros que sentadas sobre las tejas, conversaban tranquilamente. Se trataba de dos hombres, el primero era un hombre con el pelo corto y barba en el cual era notable su avanzada edad. El otro hombre, más joven y con el pelo corto y castaño, contemplaba la iglesia de la aldea mientras escuchaba atento a su compañero. De repente, del interior de la iglesia brotó una extraña luz roja, al verla ambos se estremecieron y sin demorarse más bajaron del tejado con un ágil salto. -Parece que por fin ha empezado.-Comentó el más joven de los dos con cierto entusiasmo. Su compañero lo miró fijamente y ambos desenvainaron sus espadas, las cuales resplandecían ahora con un intenso brillo que destacaba entre la inmensa oscuridad. Ambos hombres se adentraron con paso firme y tranquilo en la iglesia con sus espadas en alto. Junto al altar, un hombre vestido como un párroco recitaba unas frases en latín. Al oír pasos el hombre se giró y se quedo mirando fijamente a los recién llegados. -Perdonen, pero la iglesia está cerrada.-Dijo el párroco con un tono firme y severo. El joven comenzó a reír y bajó su espada apuntando al altar. -Vaya, vaya, eso está muy mal, intento de invocar a un demonio de grado 2 sin el consentimiento del consejo. Me temo que tendrás que venir con nosotros. Una segunda risa retumbó por toda la estancia, se trataba del párroco. -No sé de qué habláis pero de todas formas llegáis tarde.-Al terminar la frase se giró y señaló una marca en el altar. La marca brilló más intensamente, cegando a todos los que allí se encontraban. Súbitamente la luz desapareció y en el lugar donde antes se encontraba el altar estaba ahora una figura de aspecto humano envuelta en llamas. El engendro surgido de la nada se inclinó hacia el párroco y con una voz grave y profunda dijo: -De las oscuras profundidades del abismo tú me sacaste, siervo soy y tú mi amo, ordena y cumpliré. -Te ordeno que me libres de estos intrusos.-Gritó el párroco. El demonio se levantó y se lanzó contra los dos hombres que ya tenían sus espadas listas. Con el puño derecho trató de golpear al joven, quien lo esquivó con una rápida pirueta y contraatacó directo al brazo. La espada rebotó contra las llamas y salió disparada hacia el extremo opuesto del recinto. -¿Con quién crees que estás jugando?-Vociferó el demonio, y soltó una carcajada. Su compañero le ordenó retroceder y buscar su espada, apoyándose en su pierna derecha avanzó hacia el demonio al mismo tiempo que realizaba una finta. Antes de que su espada pudiese llegar a su objetivo, su oponente hundió sus garras en su pecho, del cual brotó un río de sangre. El demonio retorció la mano y el hombre se estremeció, pero se mantuvo en pie y alzando la mano que tenía libre dijo: -¿Y tú con quién crees que estás jugando? Y en un rápido movimiento bajó la mano y le arrancó el brazo al engendro en el acto. Éste soltó un grito de dolor al mismo tiempo que el brazo que tenía en su enemigo se convertía en polvo y contempló horrorizado como se regeneraba la herida que había causado. Ahora fue el hombre el que hundió su mano en el pecho del demonio y recitó una frase en latín, tras la cual el demonio desapareció. El párroco que había contemplado toda la escena escondido se sobresaltó y gritó aterrorizado: -¿Qué demonios sois vosotros? Ambos hombres rodearon al párroco bloqueándole todas las salidas. -Conjurando demonios sin autorización, eso está muy mal.-Repitió el joven. -Os prometo que no sé de que habláis, yo sólo cogí un antiguo libro de la biblioteca donde por casualidad encontré un texto sobre invocación.-Todavía aterrorizado, alzó su mano y señaló un libro con tapas de cuero que se encontraba sobre una mesa cercana. El hombre que se encontraba detrás del párroco alzó su espada y atravesó al párroco, el cual puso los ojos en blanco y cayó muerto al suelo. Ambos hombres contemplaron el libro que todavía se encontraba sobre la mesa. -Gente que no respeta las leyes de la noche invocando demonios por doquier, este es el tercer caso de este mes. -Al consejo no le va a gustar nada esto.
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