Cazando de Noche [I y II]

Las campanas de la iglesia avisan de que acaba de llegar la medianoche,
en Whitechapel comienzan a apagarse las luces que proceden de las
casas. Reina el silencio y sólo se escuchan las gotas de lluvia
golpeando bruscamente la fría calzada.
Apoyándome en una pared
empecé a pensar en lo bien que estaría en estos momentos en alguna
taberna, en una cómoda butaca al lado del fuego en lugar de en una
vacía calle de Londres a estas horas de la noche y helándome bajo la
lluvia. Comprobé mi reloj ,a penas eran las 12 y cuarto cuando me
pareció oir algo en la callejuela que había a mi izquierda, por fin
parece que empieza la diversión.
De la oscura callejulea apareció un
Ghul ,seguramente la criatura más asquerosa que exista, que comenzó a
gruñir y se quedó ahí plantado mirándome fijamente con sus grandes ojos
amarillos. Tras observar al engendro unos segundos arrojé el cigarrillo
que tenía en la boca todavía sin acabar a la acera y automáticamente
introduje mi mano en un bolsillo de la chaqueta. El Ghul adoptó una
posición agresiva dispuesto a saltarme encima en cualquier
momento.Ninguno de los dos nos movimos, bestia y hombre mirándonos
fijamente bajo la lluvia, el engendro tomó la iniciativa abalanzándose
sobre mí,yo, en un acto reflejo,saqué mi pistola del bolsillo y disparé
aquella cosa que con tanta rapidez se acercaba a mi. Unos segundos más
tardes el cuerpo del Ghul yacía interte en Whitechapel,parece que ya
había terminado mi trabajo allí, me dí la vuelta y puse rumbo al centro
de Londres.
Al fín llegué a mi destino,una taberna llamada el gato
negro , se podía escuchar la risa de la gente y el choque de las
abundantes jarras de cerveza de los clientes. Empujé la puerta y
después de echar una rápida mirada a mi alrededor busqué mi butaca roja
situada ya al lado del fuego. Me quité el sombrero y apoyándo mis pies
en otra silla empecé a cerrar los ojos,me moría de sueño. Me desperté
al poco tiempo,en la taberna todavía quedaba mucha gente que ahora
entonaban canciones populares o incluso bailaban al compás de la
música,a mi lado se encontraba el posadero.
-¿Qué tal el encargo?¿Alguna complicación?
-¿Acaso no sigo de una pieza?-Respondí yo todavía algo enfadado porque me hubiesen despertado.
-Bien.Iré a decirselo,no te duermas todavía ,no tardaré mucho.
El tabernero se alejó y volvió al rato con una pequeña bolsa. Me dejó la bolsa en el suelo,yo la recogí y examiné su contenido.
-Cuentalo si quieres,está todo.
Introduje la bolsa en mi abrigo y bostezando pregunté:
-¿Ya está todo por hoy?
-Si,ya está todo por hoy,puedes dormir, te dejaré los encargos de mañan en tu habitación.
-Bien.-Respondí
casi sin fuerza y volviendo a cerrar los ojos me sumergí en un profundo
sueño dispuesto a no moverme de allí hasta la noche siguiente ... .

Las brasas humeantes todavían no habían terminado de consumirse cuando
me desperté. Levanté la cabeza y eché un rápido vistazo a mi alrededor,
al instante me arrepentí de aquello ya que el tabernero se percató y
vino hacia mi.
-¿Ha dormido bien la princesita?-Me preguntó sin darme tiempo a reaccionar.
-Si,pero
creo que dormiré un poco más.-Tras decir esto me bajé rápidamente el
sombrero,pensé que quizás se apiadase de mí y me dejase descansar
alguna hora más.
El tabernero me levantó el sombrero y se me quedó mirando fijamente.
-Hoy no tengo tiempo para bromas,ve a comprar provisiones.Esta noche tienes un encargo importante.
Me
levanté a regañadientes y después de estirarme un poco salí a la
calle.El sol me cegó y al principio tuve que usar mi mano de visera
para alcanzar a ver algo,cuando mis ojos terminaron de acostumbrarse al
cambio de luz puse rumbo al mercado.
Era sábado,lo cual significaba
que el mercado iba a estar lleno de gente y la verdad es que no me
apetecía tener que abrirme paso a empujones así que opté por una ruta
secundaria ya que no era exactamente al mercado donde yo iba.
A tan
sólo una calle del bullicio del mercado me desvié por un estrecho
callejón sin salida,al fondo del callejón había una puerta sin cartel
alguno.Golpeé tres veces la puerta y esperé.Al poco tiempo se empezaron
a oir pasos,cuando los pasos cesaron pude oir como arrastraban algo y
al momento se abrió una pequeña rejilla que había en la puerta a la
altura de los ojos.Unos ojos saltones aparecieron y se me examinaron de
arriba a abajo.
-Contraseña.-Ordenó una voz grave que provenía del hombre que me miraba desde detrás de la puerta.
-Venga Osric, sabes de sobra quien soy.
-Dí la contraseña o no podrás pasar.-Respondió aquella voz.
Sin
pensármelo dos veces di un paso atrás y le propiné a aquella vieja
puerta una patada todo lo fuerte que pude.La puerta se abrió al
instante y ví al enano, que mediría aproximádamente unos 70
centímetros,derribado en el suelo al lado del taburete que había usado
para ponerse a la altura de la rejilla de la puerta. El extraño ser se
incorporó y todavía frotándose la cabeza dijo:
-Eso me hizo daño,¿sabes?
Ignoré
al enano y entré a la casa directamente,al final refunfuñando todavía
se decidió a seguirme.Ambos avanzamos por lo que parecía una casa
normal y corriente hasta el salón.El enano saltó y señaló una de las
lámparas colgada de las paredes que iluminaban la habitación.
-Esto ... ¿Te importaría?
No
pude contener una sonora carcajada,los enanos odian tener que reconocer
lo bajitos que son y no les gusta pedir ayuda cuando no llegan a las
cosas.Accediendo a su súplica giré la lámpara,se escuchó el ruido de un
sistema de engranajes funcionando y la pared sobre la que me estaba
apoyando comenzó a girar dejando atrás el salón y mostrándonos una
nueva habitación.
Esta nueva habitación era más bien como un
laboratorio,algo lúgubre, el pequeño ser tomó la iniciativa y comenzó a
rebuscar cosas en los cajones.
-¿Qué va a ser hoy?Tengo muchas
novedades,mira esto.-Dijo enseñándome un revolver plateado que acababa
de sacar de uno de sus cajones.
-Es como la que llevas actualmente
pero mejorada,posee un sistema que reducirá las probabilidades de que
se encasquille.La munición es la de siempre,metal de la cruz de una
iglesia fundido.
Me tendió la pistola que yo cogí con sumo cuidado,tras examinarla detenidamente me la guardé en un bolsillo del abrigo.
-Me vale,¿tienes algo más?
El enano contento de que me hubiese gustado su creación corrió a otro cajón del que extrajo un pequeño bote.
-Es una mezcla de sal,virutas de acero,ajo y algunas cosas más que te permtirán mantener alejado a cualquier cosa.
Me lanzó el bote desde donde se encontraba.Lo cogí y tras echarle una rápida ojeada me lo guardé junto a la pistola.
-Ya está todo por hoy,vuelve la semana que viene.Ya sabes donde está la salida.
No
esperaba una despedida más cortes viniendo de un enano,así que de la
casa y me dirigí de nuevo a la taberna,era pronto y ya había hecho todo
lo que tenía que hacer hasta la noche,así que,quien sabe,quizás pudiese
dormir un poco más.